martes, 27 de diciembre de 2011

~ Restless Heart Syndrome ~ (Billie Joe Fanfic)

~ Capítulo 14: Venganza ~

(  N a r r a  A u d r e y  )

 Billie era realmente idiota. En las últimas dos semanas me había contado que drogas solía consumir, algunas infracciones que había cometido con su auto y que había tapado con dinero, varias ventajas que tenía por ser famoso y muchos de los conflictos que había tenido con Green Day.
 Hoy era la entrega de la revista, y una parte de mi conciencia estaba preocupada. Billie no dudaría en que fui yo, y eso lo tenía claro, pero aún así conservaba mi lado bueno y una pequeña pizca de cariño por él. Como sea, ya estaba a una cuadra de nuestro apartamento y me preparaba para empacar mis cosas.
 Cuando entré me encontré con Billie sentado en uno de los sofás. Leía la revista detenidamente y ni se inmutó en saludarme.
- ¿Por qué lo has hecho? - sollozó sin dejar de mirar la revista - ¡Confié en ti!
- Yo también confié en ti. - le dije parcamente - Querías que consiga un gran puesto en Rolling Stone, ¡ahí lo tienes! Acaban de ascenderme, felicidades.
- ¡Pero yo lo hice para ayudarte! - se paró y se me puso delante. Tenía los ojos llenos de lágrimas. - ¡¿Qué gano yo con esto?!
- Prensa, ¡todo el mundo vuelve a hablar de ti! - le dije con una sonrisa maliciosa. - Voy a empacar mis cosas, no creo que quieras que siga aquí...
- ¡Quiero que te vayas cuanto antes! - me gritó - ¡No quiero volver a verte nunca más en la vida!
 Fui a mi habitación. Ya tenía más o menos acomodadas las cosas, sabía que iba a echarme. En media hora tuve todo listo. Fui hacia la entrada y Billie estaba allí, apoyado contra la pared, mirando el piso y totalmente fuiroso.
- Adiós - le susurré.
- ¡Vete! - me gritó sin siquiera mirarme. Le di un beso en los labios, creí que era lo justo. Él ni se movió. - ¡Que te vayas!
 Salí del apartamento y la culpa volvió a invadirme. Traté de despejar mi mente y fui hacia el hotel. Me registré por dos noches, esperaba conseguir un lugar donde alquilar antes. Fui hacia mi habitación y me quedé toda la tarde pensativa. Papá, ¿esto está bien? Pareciera que me enviaba una señal, Mike me estaba llamando al celular. Ignoré la llamada y apagué el teléfono.

 (  F i n  D e l  C a p í t u l o  1  4  )

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