martes, 27 de diciembre de 2011

~ Capítulo 19: Soledad ~

(  N a r r a  A u d r e y  )

 Pasaban los días y mi cuerpo seguía igual. Rezaba para que no sucediera lo que yo pensaba, pero era evidente. Un día antes de entrar al trabajo fui a una farmacia. Cuando la farmacéutica me preguntó qupe quería me tragué el llanto y traté de ser lo más clara posible.
- Un test de embarazo. - susurré.
 Me lo dio, y apenas llegué al trabajo me hice la prueba. Tenía mi propio baño, así que podía esperar todo el tiempo que quisiera para saber la respuesta. Hacía ya un mes y medio que no menstruaba y la situación era preocupante. Después de tres horas me decidí. Era ahora o nunca.
 Cuando salí del baño, con la prueba en la mano, mis ojos no podían creer lo que veían.

 (  N a r r a  B i l l i e  )

 Estaba manejando tranquilamente cuando suena mi celular. ¿Adrienne? ¿Qué quería?
- ¿Hola?
- ¡Billie, qué alegría escucharte!
- Ah, hola. ¿Qué quieres?
- ¡Vamos, no me hables así! Me enteré que te mudaste a Washington y quería saber si querías quedar conmigo algún día de estos. Creo que nos apresuramos un poco al firmar el divorcio.
- Eh... Addie, no. Yo estaba seguro cuando lo firmé, lo nuestro ya no puede ser, ¡adiós!
 ¿Acaso se ponían de acuerdo para molestarme? Entre Audrey y ella me tenían cansado. Yo no podía pensar en otra que no fuera Jamie, ¿tendría novio? Era tan perfecta, y tenía esa voz tan hermosa. Daría lo que fuera por conocerla. Jackson estaba demasiado ocupado con el aniversario de Rolling Stone dentro de dos semanas como para atenderme. Sabía que iba a invitarme, y seguramente ella estaría allí. Tenía que encontrar la manera de localizarla, haría todo lo posible.
 En efecto, dos días después me llegó la invitación. Esperaba verla con todo mi corazón.

(  N a r r a  A u d r e y  )

- Audrey, cariño, me imagino que te estarás preparando para el aniversario de la revista, Jackson quiere que cantes.
- Claro... no te fallaré... - fueron las únicas palabras que pude pronunciar. Aún sostenía la prueba en mis manos.
- ¿Qué te pasa?
 Dejé la prueba sobre el escritorio y me largué a llorar a sus brazos. Ella me abrazó, por más de que fuera mi jefa en ese tiempo nos habíamos hecho grandes amigas.
- ¿Qué tienes, Audrey? ¿Qué era eso que tenías en la mano?
- ¡Un test de embarazo! -  dije entre sollozos - ¡Estoy embarazada!

(  F i n  D e l  C a p í t u l o  1  9  )

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