martes, 27 de diciembre de 2011

~ Capítulo 21: Amores de pasillo ~

 (  N a r r a  B i l l i e  )

- ¡Ahora no puedo hablar! ¡Tengo cosas más importantes que hacer!
 Corrí desdesperadamente detrás del escenario. Necesitaba hablar con Jamie, saber si valía la pena.
 Llegé a un corredor - bastante elegante, parecía un castillo el salón que había elegido la revista - y ahí la vi, con su vestido de novia tajado. Sonreí y la llamé. Ella pareció asustarse, comenzó a correr pero la alcanzé y la tomé del brazo.
- Escucha, sólo quier decirte que desde que te vi no puedo para de pensar en ti, eres sensacional. No sé que me pasa, pero déjame conocerte, si quieres. Quiero que me des una oportunidad, por favor, quítate el antifaz.

(  N a r r a  A u d r e y  )

 ¿Qué demonios haría ahora? Correr no era una opción, iba a alcanzarme de todos modos. Se estaba acercando a mí cuando vi una figura femenina venir hacia nosotros. Adrienne.
- ¡Billie Joe, te pido que vengas conmigo ahora! - estaba furiosa, y me miraba con odio.
 Hay momentos en los que uno no sabe por qué hace las cosas, eso fue lo que me pasó aquella noche. Tomé a Billie por el cuello y comencé a besarlo. Él se sorprendió, pero siguió el beso. Volver a sentir sus labios me hizo sentir como si flotara, me olvidé de todos mis problemas y seguí besándolo. Sus besos eran fantásticos, me derretían. Encima de todo, él movía sus manos en mi cintura de una manera única.
 Cuando escuché que Adrienne se iba me separé de Billie. Lo miré con los ojos llenos de lágrimas y él me abrazó.
- Gracias - me susurró.
 Seguí abrazándolo y comencé a llorar. Me aferraba cada vez más a él como si dependiera de su abrazo para poder sostenerme. Billie me levantó el rostro del mentón y se me quedó mirando a los ojos.
- ¿Quién eres? - susurró - ¿Quién es esa chica que me vuelve tan loco?
 Me separé de él y caminé hasta una de las habitaciones del salón. Lo miré con ojos suplicantes y entré. Él me siguió. Por suerte di con uno de los cuartos matrimoniales. El salón que había alquilado Jackson antiguamente era una especie de hotel de lujo.
 Nos acostamos en la cama y nos besamos a más no podes.
- Quiero saber quien eres - me dijo entre besos.
 Lo tomé del rostro y lo miré a los ojos. Le acaricié la mejilla y me di la vuelta en la cama. Me quité el antifaz. Debía decirle la verdad. Por mi hijo, por nuestro hijo. Ya no me importaba si seguía o no en Rolling Stone, tenía que hacer lo correcto.

(  F i n  D e l  C a p í t u l o  2  1  )

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